Los oyentes preguntan ¿Quién fue Fermín Caballero?

Fermín Caballero era uno de esos tipos de persona de los que existen pocos en el mundo. Curioso y aprendiz permanente este conquense nació en Barajas de Melo en el año 1800.

Hijo de labradores acaudalados, su padre era del Valdelpino de Huete y abandonó la carrera eclesiástica tras enamorarse de Vicenta, una mujer de Barajas de Melo.

Fermín fue el tercero de tres hermanos, aunque los dos mayores, Felipe y Antonio, habían muerto antes de cumplir un año. Por esta razón tras el nacimiento de Fermín, sus padres decidieron llamarle: Fermín Felipe Antonio.

Cuentan las crónicas que era un niño inquieto e incluso travieso, que sufrió diferentes vicisitudes. Fue atropellado por una caballería, lo que le dejó sordo del oído izquierdo a los 6 años, y un año más tarde le explotó una bomba.

Estudió en Valdecolmenas de Abajo y un año más tarde aprendió Latín en Gascueña. Después estudió Filosofía en Cuenca y Teología, por decisión paterna, en Zaragoza, para completar sus estudios eclesiásticos en el Seminario de San Julián, pero también aprendió lo que a él más le gustaba matemáticas, geografía, topografía y planos.

En el año 1815 era clérigo en su pueblo natal y opositor a la capellanía de Uclés mientras completaba sus estudios de Teología en Alcalá de Henares.

Una vez terminó los estudios impuestos por su padre comenzó a recorrer su propio camino del conocimiento. Así en 1820, estudió Derecho y también Botánica.

Elaboró los planos de las localidades de Barajas de Melo, Cuenca, Alcalá de Henares, Navalmoral de Pusa, Talavera de la Reina y Malpica de Tajo, entre otros, lo que le valió ser nombrado profesor de Geografía y Cronología de la Universidad de Madrid en 1822.

Un año más tarde, en 1823, consiguió su título de abogado y comenzó a ejercer como tal. Fue apoderado del marqués de Malpica y Administrador en San Martín de Valdeiglesias, Campo de Calatrava y también de la Casa de Osuna.

Además de todo ello, fue censor y descubrió su pasión por la escritura como redactor jefe del diario “Boletín de Comercio”, desde el que comenzó a hacer política, siendo considerado por algunos como “una pluma insobornable”.

Su ideología progresista le llevó a ser blanco de las dianas de algunos militares destacados, así el General Bretón intentó atropellarle, el general Fernández le retó en duelo y Toreno lo persiguió hasta que consiguió cerrar el periódico.

Entre la muerte de Fernando VII y la subida al trono de Isabel II, Fermín decidió entrar en política.

Fue alcalde de Madrid y entre 1834 y 1843 fue procurador y diputado por Madrid, Cuenca, Toledo y Castellón.

En 1843 fue ministro de la Gobernación en el Gobierno de los 10 días y Notario Mayor del Reino, es decir Ministro de Justicia, durante la coronación de Isabel II. Dentro de su mandato se colocó la primera piedra de lo que hoy es el Congreso de los Diputados, entre otras cosas.

Un año más tarde dejó su cargo, tras ser acosado por los moderados, y huyó a Barajas de Melo. Llegó a ser detenido y falsamente acusado de conspiración, hasta que finalmente se retiró de la política para dedicarse al cuidado de su “Jardín del Cerro” y a escribir sobre la geografía y las gentes de la provincia de Cuenca.

Este geógrafo, periodista, abogado, escritor, orador, político y teólogo conquense ha dejado en Barajas de Melo su casa, que se mantiene en pie y su finca de recreo, llamada Jardín del Cerro que incluye, entre otras cosas, una casa-palacio, capilla, lago artificial, fuentes y embarcadero, hoy propiedad privada, y para el reconocimiento de sus vecinos el Centro Cultural de la localidad lleva su nombre.  

P. Moratilla

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