Los oyentes preguntan: «El catafalco de La Torre de Esteban Hambrán»

Actualmente las funerarias llevan un mecanismo metálico en el que se deposita el ataúd al llegar a la iglesia, donde reposa el cuerpo del difunto mientras se lleva a cabo el funeral, pero en otros tiempos las iglesias tenían sus propios catafalcos. Incluso en algunos casos y tratándose el fallecido de un personaje importante, se hacía un catafalco exprofeso para este momento. El primero en utilizarlo en España fue Carlos V en el año 1558.

Se adornaban con esculturas, cirios, candelabros en incensarios con motivos relacionados con el difunto y tenían prevalencia de los colores negro, violeta y plateado.  

Estos fueron muy utilizados en tiempos del barroco, aunque cayeron en desuso en el siglo XX, sustituidos por los actuales mucho más simples.

De aquellos catafalcos pocos quedan, pero uno de ellos, tal vez el más original y el mejor conservado en estos momentos, es el que mantiene la Iglesia de Santa María Magdalena, en la localidad toledana de La Torre de Esteban Hambrán.

El catafalco de la Torre de Esteban Hambrán está datado en el año 1753 y representa la muerte, el juicio, el infierno y la gloria. En él se aprecian 5 niveles. El primero con la muerte y los poderes terrenales. El segundo contiene a la Virgen del Carmen con las ánimas en el purgatorio. En el tercero pueden apreciarse los dos San Franciscos (de Pádua y de Asís) sacando a las ánimas del purgatorio. En el cuarto podemos ver el enterramiento de un Papa y un alma purificada entrando en la Gloria y en el último los esqueletos con la guadaña y un reloj de arena, que nos hace pensar en lo efímero de la vida. Además contiene una serie de frases como “La seda, el ámbar, el oro, el deleite y la hermosura ¿Qué valdrá la sepultura?.

Toda esta obra de arte fue mandada construir por la Cofradía de las Ánimas de la localidad. Se encomendó esta tarea a Luis Cosón. Maestro dorador, pintor y tallista flamenco y residente en la localidad toledana de Cebolla.

Del autor se conocen pocos datos, salvo que le distinguen lo grandes y saltones de los ojos de sus figuras, señal característica de su obra. Se movió por toda la geografía de la provincia de Toledo, dejando su firma en el Altar Mayor de La parroquia de La Torre de Esteban Hambrán, en la talla de Nuestra Señora de La Natividad de Méntrida y en la limpieza y restauración de la parroquia de Nuestra Señora de La Paz en La Puebla de Montalbán, además de la sillería del coro de este mismo lugar, entre otras muchas cosas.

El catafalco de La Torre de Esteban Hambrán, es visitable solamente cada mes de noviembre en la parroquia de la localidad.

P. Moratilla

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