El teatro Palenque hoy es el teatro más grande de Talavera de la Reina, sin embargo cuando traspasas su umbral se percibe un profundo sabor a historia que muestra cómo fue la vida de la ciudad de la cerámica en otro tiempo.
El edificio fue originalmente la iglesia del colegio y casa de la Compañía de Jesús. Comenzó a levantarse a finales del siglo XVII y finalizó su construcción en 1710, incluyendo una iglesia de estilo barroco, probablemente llevada a cabo siguiendo las directrices o bajo la direcciones de quienes fueran los pupilos del arquitecto Fray Lorenzo San Nicolás, responsable de la Basílica de Nuestra Señora del Prado, el Monasterio de la Encarnación y el de las Carmelitas, así como el convento de San Agustín, hoy Museo Ruiz de Luna, porque este edificio sigue su misma línea aunque el arquitecto había muerto años antes, en 1679.
Aún hoy se puede observar la piedra utilizada en su zócalo, que no es otra que la piedra extraída de la Muralla talaverana.
El edificio originalmente tenía algunas piezas que hoy faltan, sobre todo en su cúspide, ya que originalmente estaba coronado con media bola, una linterna y una cruz. La linterna era un elemento en forma de tubo dispuesto como remate sobre de la cúpula, con huecos que permitían la iluminación y la ventilación del espacio interior del edificio.
Todo ello cayó al suelo como consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755, cuando Talavera de la Reina era una villa de señorío arzobispal y estaba recién instaurada su fábrica de Seda.
En 1767, los jesuitas de San Ildefonso, que así se llamaban, fueron expulsados de Talavera y en ese momento el edificio fue ocupado por los Agustinos Descalzos por lo que a este lugar se le conoció como San Agustín “el nuevo”.
Así se mantuvo durante siglos hasta que tras la Guerra Civil, en la década de los años 50, el edificio se convirtió en cine y actualmente en Teatro.
Se le llama Teatro Palenque, porque con toda seguridad durante mucho tiempo estuvo rodeado por un palenque, que no es otra cosa de una valla de madera o estacada que pudo servir para preservar el edificio durante años.
P. Moratilla
El vuelo de la paloma... 